Barcelona tiene un tiempo envidiable, eso es así. Por eso creemos que todos los que tienen el placer de vivir o estar de paso por esta ciudad deberían aprovechar esos revitalizantes rayos de sol y esa temperatura agradable que tiene en casi todas las épocas del año.

Y una de las mejores maneras que hemos encontrado es en estas terrazas, que son una delicia incluso a estas alturas de Diciembre.

La llegada del frío no debería ser una excusa para abandonar las terrazas. Os proponemos algunos escenarios privilegiados para almorzar, comer o hacer el vermut mientras disfrutáis del sol hivernal al aire libre. El espacio, las estufas, las mantas y el calor humano os harán olvidar que estáis a la intemperie. Y siempre son una buena opción para tu shooting fotográfico o producción audiovisual.

L’Antic Teatre es un centro multidisciplinar y social con intención de ser referente en el panorama teatral y cultural independiente, que obtiene su encanto del espacio restaurado en el que se encuentra.

Su terraza, en medio del Born, es un paraíso donde las plantas crecen libres, lideradas por la higuera central, y el ambiente es joven y relajado. Y ahora que anochece pronto, la imagen nocturna con las luces alrededor del árbol, es inigualable.

La Torre Rosa llama la atención por sí misma, porque es una casa indiana del principios del siglo XX en este dulce color, situada en el barrio de Congreso de Barcelona.

Su jardín y zona con cómodas sillas, crean el ambiente perfecto para desconectar de todo y probar cada vez que vayas, un gin tonic o cocktail diferente.

La terraza del Hotel Pulitzer se merece un premio, por bonita y por agradable. Perfecta para una aperitivo con los amigos, o un desayuno aprovechando los rayos de sol que se agradecen por la mañana.

En temporada otoño e invierno, organizan los fines de semana “El Vermut del Pulitzer”, con sesiones musicales.

Hacen conciertos de jazz, hay señores jugando al dominó y niños jugando. Hay familias, jóvenes y señoras que vuelven del mercado. Hay cosas para comer y beber que tú mismo tienes que ir a buscar a la barra.

En medio del patio hay una fuente rodeada por bancos y en el interior del edificio se hacen talleres, exposiciones y otras actividades tradicionalmente asociadas a los centros cívicos de barrio, que es lo que, después de todo, es esto.

Situado en el Palau de Mar y con una elegante terraza con magníficas vistas al puerto y a la ciudad, el Merendero de la Mari es todo un clásico en el Port Vell que ofrece una cocina marinera de alta calidad especializada en pescados, mariscos y arroces.

Cuenta con un extraordinario ambiente, cosmopolita y marinero a la vez. El entorno es insuperable y las vistas invitan a relajarse, compartir la velada y prepararse para degustar sus platos.

Es un restaurante en un jardín. Y esto ya lo hace bonito y gustoso. La cocina es mediterránea y moderna. El ambiente es un poco fino. La situación es magnífica, lleno de plantas y otras cosas verdes.

Pensado para aguantar todo el año sin que nadie muera de frío, su terraza ya hace tiempo que está cubierta y con calefacción, una opción cada vez más común entre los locales que no quieren sufrir más bajas de las necesarias entre su clientela fumadora.

La ubicación lo es todo. Y este clásico del Born tiene, quizá, una de las más deseadas terrazas de la ciudad. Es muy probable que hayáis pasado por delante mil veces y no os hayáis podido sentar en su terraza, de lo llena que estaba.

Cuando veáis que llueve como si se acabara el mundo, no os quedéis en casa, id aquí, rápido: no tendréis otra oportunidad mejor para disfrutar de la terraza…

Hace un tiempo, los del Claris decidieron abrir su terraza también durante los meses de invierno. La cubierta con calefacción elimina parte de las vistas, pero asegura una envoltura deliciosa y a prueba de resfriados donde tomarse un rodaballo con cuscús o unos huevos con patata y caviar. También tienen barra de cócteles y tres veces por semana hay música en directo.

En una construcción hecha para la Exposición Universal de 1929 y en lo que se denomina un marco incomparable, este restaurante es un oasis de paz y naturaleza. Sirven menús a mediodía y por la noche abren sólo para grupos. En invierno la cafetería cierra a las seis de la tarde, justo cuando empieza a caer el sol.

Este espacio se encuentra en la parte más tradicional y bonita de la rambla del Poblenou. No verás nunca una mesa sin horchata. Su terraza es ideal para las mañanas cuando da el sol. Al estar en una amplia calle en sentido al mar, la brisa es notable y puede llegar a ser molesta algunos días.

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