La Estación de Francia es uno los iconos de la arquitectura civil barcelonesa.

Situada en la Avenida del Marqués de Argentera, en pleno distrito de Ciutat Vella y pegada al Parque de la Ciudadela, la Estación de Francia está catalogada como Bien Cultural de Interés Local, gracias a su estructura metálica estilo modernista que le otorga esa imagen tan característica de las estaciones de esa época. Construida con materiales como el mármol y el bronce, con tres grandes cúpulas que adornan el vestíbulo y sus vidrieras decorativas, la Estación de Francia es uno de los estandartes de la arquitectura civil de la Ciudad Condal, escenario excelente para un shooting o una producción audiovisual por su belleza monumental y su elegancia que le han servido para compararla con la estación parisina de Orsay.

Construida sobre la antigua estación Barcelona-Término, tomó su actual nombre por los trenes que llegaban de Francia. Desde la estación parten las líneas regionales de Cataluña, algunas con destino Valencia y Alicante y es la segunda en importancia de tráfico después de Sants.

Inaugurada en 1929 por el rey Alfonso XIII, en su construcción trabajaron los arquitectos Pedro Muguruza y Raimon Duran i Reynals, planteándola como una estación monumental con sus 12 vías en forma de “U”. Durante la Guerra Civil la estación sufre grandes daños que obligan a su posterior reconstrucción y entre los años 1988 y 1992, la estación fue cerrada para ser renovada y reabierta para los Juegos Olímpicos de 1992.

Su amplio vestíbulo de estilo novecentista dotado con un enorme reloj, es un espacio perfecto para todo tipo de actividades como por ejemplo, diferentes tipos de ferias, mercadillos tan originales como el Zoo Urban Market que se van dando durante el año e incluso algún festival de música años atrás.

Como dato curioso destacar la colocación de estatuas de búhos en algunas cornisas de la estación con el único objetivo de asustar a las palomas, pero que a su vez le otorgan cierto punto de personalidad y belleza.